Desde hace seis días Haití, la Perla Negra del Caribe, se debate
entre la vida y la muerte, se estremece y muere, y no por culpa de la
fatalidad ni de la Madre Tierra, ya que si el mismo terremoto – con
idéntica intensidad- tuviera lugar en USA o el Japón, estaríamos hoy
hablando -a lo sumo- de tres muertos y una docena de heridos.