Apesar de que en los últimos 30 años los pueblos indígenas del Bravo a
la Patagonia han dado muestras de una permanente actividad y
participación políticas en las sociedades nacionales en las que están
inmersos, diversos sectores sociales y fuerzas políticas continúan
conceptualizando a estos pueblos dentro de esquemas basados en
prejuicios, ideas fijas y disquisiciones de un amplio rango que va entre
los polos del racismo segregacionista y el paternalismo
asimilacionista.