En medio de una crisis política agravada por la arremetida violenta de los medios de comunicación al servicio de la Mafia y de la reacción; el gobierno del Presidente Humala culmina lo que se suela llamar “sus cien días de luna de miel” e inicia un difícil y esforzado ascenso en la implementación de los cambios sociales que prometiera al pueblo peruano.