Por: Pablo Arciniegas Avila
Ahora me he mirado mis zapatos y he comparado con los suyos, debajo de ellos veo sus pies y los míos. He comparado sus manos y las mías. He comparado su silencio con el mío, para darme cuenta que el mío no es un silencio natural, el suyo es un silencio que está sincronizado con la tierra.
Ejercicio de memoria es esta pequeña reflexión, que nace de la necesidad de encontrar fortaleza desde los fundamentos del humanismo, ese humanismo que ha hecho, desde tiempos inmemoriables, la obra cierta de la especie, obra cierta quizá inspirada en el sonido de la lluvia, en la luminosidad del sol, en el brillo de la mirada animal, en el silencio violento y apacible del viento, en toda manifestación de vida que por su simplicidad es grandiosa.
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